COMALCALCO, CASA DE COMALES

Aunque no es la única ciudad maya construida con ladrillos de barro cocina, Comalcalco es la única población maya con estos materiales que ha sido restaurada y es accesible para el público. A falta de piedra, los pobladores de la época prehispánica usaron la tierra como material de construcción para los basamentos piramidales, y la madera de

construcción y las hojas de palma en la construcción de paredes y techumbres desde el inicio de la ocupación humana, hacia 800 años a.C. y hasta el siglo VII d.C. a partir de entonces, los mayas de Comalcalco iniciaron la construcción con ladrillos de barro cocido unidos con argamasa de cal y arena. La cal fue elaborada a partir de la cocción de grandes cantidades de conchas de ostión provenientes de la laguna de Mecoacán y otros lugares cercanos. Solo entonces, fue posible construir los templos con bóvedas que caracterizan la arquitectura maya.

 

Su nombre actual proviene de la lengua náhuatl y significa “En la Casa de los Comales” o “En la casa de Ladrillos”, pues la palabra coma se utilizó en este caso para referirse a los ladrillos. Sin embargo, su nombre original, según fue inscrito en los textos jeroglíficos localizados en el lugar, parece haber sido Joy Chan, con el significado “Cielo Anudado”.

 

La antigua ciudad de Comalcalco se distribuye sobre el cordón litoral derecho formado por el antiguo rio Mezcalapa, o de Dos Bocas que en la época prehispánica constituía un importantísimo cuerpo de agua por el volumen de su caudal, así como por el uso que los mayas hicieron de este: fuente de alimentos y de agua, así como ruta de comunicación y de comercio. No es exagerado decir que el rio represento para los pobladores de Comalcalco la fuente de su riqueza y de su poderío económico y político. Se han localizado hasta ahora un total de 282 construcciones que ocupan un territorio de 577 hectáreas.

El área nuclear de la zona arqueológica de Comalcalco está integrada por 3 conjuntos de edificios, denominados a la Plaza Norte, la Gran Acrópolis y la Acrópolis del Este. El estilo de los edificios es similar al de Palenque, incluso en la utilización de relieves en estuco que decoraban las paredes y bóvedas con diversos motivos simbólicos entre los que destacan figuras humanas, rostros de deidades como el mascarón que se erigió en la fachada del templo VI, y una amplia variedad de animales acuáticos de los que desafortunadamente no se conservan muchos en su sitio, pero que pueden ser observados en el museo de sitio.

 

El museo de sitio exhibe cerca de 300 monumentos que hablan de la extraordinaria labor de los artesanos de la antigua ciudad de Comalcalco. La cerámica fue utilizada con diversos propósitos para elaborar desde elementos constructivos hasta vasijas y figurillas – Silbatos. Destaca un conjunto de ladrillos grabados con representaciones de animales de la región, figuras humanas, motivos geométricos, templos, escenas de la vida cotidiana e inscripciones jeroglíficas.

 

¿Cómo Llegar?

El camino más corto lo constituye la autopista Reforma – Dos Bocas, a la que se puede ingresar desde Villahermosa, recorriendo 15 km. De la carretera Villahermosa – Cárdenas donde se localiza un paso de desnivel y la desviación a la derecha lo conduce primero a la ciudad de Cunduacán y más adelante a la ciudad de Comalcalco. En el kilómetro 36+300 la autopista se interrumpe con un nuevo paso de desnivel y frente a este se encuentra la carretera de acceso a la zona arqueológica.

Desde la ciudad de Villahermosa, también se puede llegar a la zona arqueológica de Comalcalco por la carretera 180 hasta la ciudad de Cárdenas, de allí, seguir por la carretera 187 hacia el norte, hasta la ciudad de Comalcalco y continuar por espacio de 2 kilómetros, donde se localiza una desviación a la derecha que es el acceso a la zona arqueológica.

 

También puede llegarse a través de la carretera estatal que va de Villahermosa a Nacajuca, Jalpa de Méndez y Comalcalco que tiene una distancia de 60 kilómetros hasta la zona arqueológica.